En España, hacer café es como hablar de política o de futbol. Es la práctica nacional que todo el mundo realiza incesantemente sin tener claras las reglas básicas. Y, evidentemente, no lo contamos. Los datos hablan por sí solos: según un estudio del Centro de Información Café y Salud (CICAS), el 80% de los adultos españoles toma café a diario. Sin embargo, sólo el 10% de ellos tiene un conocimiento básico de la bebida que consumen a diario.
Esta bebida, compuesta por un 90% de agua, es un placer sencillo y barato que sólo requiere unas pocas instrucciones claras para disfrutarla correctamente. Y, por supuesto, no abusar de ella. Conocer el origen, las características y los matices del café que tomas es algo que casi nadie hace y, sin embargo, es fundamental para disfrutar plenamente de la experiencia. Entre otras cosas, los expertos recomiendan no añadir azúcar al café. Si el café es bueno, no lo necesita.
5 pasos para preparar un café rico y artesanal rico en pocos minutos
Para hacer un café que complazca incluso a los más exigentes, hay que tener en casa o una cafetera automática que haga el mejor café del mundo o bien una italiana (o moka) en casa y aceptar que no se puede hacer todo a la vez sin tecnología.
Solo hay cinco pasos en esta receta que marcarán la diferencia de un café normal y no llevan más de seis minutos. Por supuesto, hay que seguir estos pasos con constancia. Comencemos:
1. ¿Mezcla? Mejor no. Es como verter gaseosa en un buen vino.
Es una escena típica: vamos al supermercado y cogemos el primer café que encontramos en la estantería, o simplemente compramos el café de siempre, sin analizar nuestro gusto ni las cualidades del producto que elegimos. Mucha gente dice que compra ‘mezcla’ porque siempre la ha usado en casa, pero en realidad no sabe lo que significa. Para obtener resultados óptimos, hay que utilizar café 100% Arábica. El Arábica es un tipo de café con bajo contenido en cafeína que tiene cierta acidez y un sabor dulce.
A diferencia del café robusta, que es muy fuerte y amargo, el café arábigo es ideal para tomarlo solo, sin leche ni azúcar. Si todavía tienes en casa medio paquete de café blend (una mezcla de arábica y robusta) no lo uses para tomar café y úsalo como ingrediente de una receta de repostería.
2. Calienta el agua, pero no la dejes hervir.
El error más común a la hora de preparar el café es hacerlo todo de una vez. Tienes que seguir estos pasos. Primero hay que llenar el depósito de agua hasta la válvula y ponerlo en la cocina sin filtro y sin la mitad superior de la cafetera. Es decir, sólo la parte del depósito de agua y hay que sacarlo del fuego antes de que el agua hierva. Cuando el agua empieza a burbujear ligeramente, es el momento de retirarla del fuego.
3. El café debe ser en grano y debe ser molido un instante previo.
Sí, el café debe comprarse en grano porque así el sabor y el aroma se conservan mucho mejor. Y sí, deberías comprar un molinillo. Una buena picadora eléctrica cuesta unos 15 euros. Olvídate de moler un paquete entero de café de una vez y guardarlo en el armario para usarlo más tarde. O peor aún, ni se te ocurra comprar café molido. El café debe molerse en el momento mientras se calienta el agua, para que se conserven todos los aromas y sabores y el molido debe ser suave pero consistente.
4. Haga un agujero en el centro cuando el café esté en el filtro.
Para evitar lesiones físicas, es mejor añadir el filtro al café y cerrar la cafetera con un paño para evitar quemarse las manos. Por qué recordar: el agua se calienta primero. Llena el filtro de café hasta el borde, sin presionarlo ni aplastarlo, y haz un agujero en el centro que coincida con el tubo de la cafetera italiana. Así, el café sale antes y recibe más crema.
Una vez colocados el filtro y el café, enrosca la tapa, deja la tapa abierta y vuelve a colocar la moka en el quemador. Si la tapa está cerrada, limita el sabor del café en cambio, si la tapa está abierta, el agua se calienta más lentamente y permanece más tiempo en contacto con el café al subir. Esto le da más sabor al café. Si lo haces a alta temperatura con la tapa cerrada, el agua sube más rápido y permanece menos tiempo en contacto con el café. Cuando escuchas los sonidos característicos de las cafeteras y el café empieza a correr -después de un minuto y medio, más o menos, desde que pones la máquina en el fuego-, bajas la tapa y la retiras del fuego.
5. Y por último, no te estreses y déjalo reposar.
Deténgase un rato y disfrute del fuerte aroma de la infusión que va a probar antes de servir el café. Tras retirar la cafetera del fuego, hay que dejarla reposar durante 60 segundos con la tapa quitada para que el café se asiente. Una vez pasado ese tiempo, es el momento de disfrutar de esa taza de buen café que has hecho tú mismo (y en menos de seis minutos). Empezar bien el día puede ser fácil